¿Siempre tuvo tan poco reconocimiento la profesión veterinaria en España? Esta es la pregunta y título, con la que comienza el artículo de Amaia Echevarría publicado en el digital Diario Veterinario de 24 de Mayo.
La respuesta es que no. La profesión Veterinaria en España desde el siglo XVIII y tras la creación de la Escuela Veterinaria de Madrid, ha ocupado un lugar fundamental y preminente, con un claro y reconocido papel , de la veterinaria como profesión sanitaria y del veterinario como autoridad sanitaria, que se ha mantenido más de 200 años.
“A partir del siglo XIX , en España, fue implantándose progresivamente la figura del veterinario municipal, sanitario local que formaba parte de lo que ahora entenderíamos como la atención primaria de salud junto con los médicos, farmacéuticos y los practicantes“, tal como señala nuestro compañero Juan Antonio Rol.
Esa estructura pervivió durante casi 200 años.. “Había un veterinario de salud pública adscrito a la autoridad sanitaria de la comunidad autónoma, la provincia y fundamentalmente los municipios, y además la oferta formativa universitaria se ajustaba a las necesidades de la sociedad porque había 4 facultades en ese periodo donde se podía estudiar Veterinaria“, continua Rol.
La profesión veterinaria estaba presente en el sistema sanitario y gozaba de un alto nivel de reconocimiento, social e institucional.
¿Qué hace cambiar dicha situación?. En la década de los 90, con el desarrollo del nuevo estado de las autonomías y la transferencia de competencias a estas, el veterinario comienza a perder su estatus como sanitario al instaurarse un nuevo modelo. ” Los veterinarios titulares dejan de pertenecer de manera generalizada a los sistemas sanitarios de salud, al Ministerio de Sanidad, y las competencias se empiezan a disgregar entre las consejerías de Sanidad, las consejerías de Agricultura, Medio Ambiente o Pesca, empezando a perder el carácter de autoridad sanitaria, y es esta separación paulatina la que impide estar en los foros en los que se debaten todas las medidas de salud que afectan a un país”. Por otra parte muchos de los veterinarios titulares de aquella época, que se quedaron en las consejerías de Sanidad de cada comunidad autónoma no se integraron en el Sistema Nacional de Salud, “no dimos el paso en todas la comunidades autónomas, de integrarnos en los servicios regionales de salud como sí hicieron el resto de sanitarios locales, como los médicos y enfermeros de familia en atención primaria“.
Juan Antonio Rol denuncia, que pese a que la actual Ley General de Sanidad, y sus predecesoras, así como la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias recogen por un lado, que la veterinaria de salud pública es una prestación básica del sistema sanitario público y reconoce a los veterinarios como profesionales sanitarios “ese reconocimiento no es real porque no estamos en muchos de los foros donde se debate sobre prestaciones estratégicas sanitarias, como el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud o el Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud. Y como no estás…, pues no cuentan contigo» y añade «lo que no está dentro del Sistema Nacional de Salud en principio no es sanitario“.
“Lo primero que se tiene que cambiar es que a los veterinarios oficiales que desarrollamos las competencias oficiales de salud pública en las comunidades autónomas, nos integraran en los servicios regionales de salud, no sólo por la profesión veterinaria, sino porque se enriquecerían las prestaciones del Sistema Nacional de Salud“.
El secretario general de Fesvet, Juan Antonio Rol sostiene que la implantación fuerte y definida de la veterinaria de salud pública en el Sistema Nacional de Salud, es clave para recuperar la presencia del veterinario dentro del sistema sanitario público, y para conseguir la extensión del reconocimiento del carácter sanitario del veterinario al resto de ámbitos privados o públicos, “como sería la inclusión de los centros clínicos veterinarios en el Registro Público de Centros Sanitarios, lo que implicaría un IVA sanitario a sus servicios, o la inclusión de los veterinarios en el registro nacional de profesionales sanitarios y en los colectivos profesionales sanitarios de riesgo, igual que médicos y enfermeros…“.
Uno de los objetivos prioritarios de la profesión veterinaria debe ser, tratar de concienciar a la sociedad, del papel imprescindible que desempeña el veterinario en la protección frente a las zoonosis y otros problemas de salud pública.
La Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios, de la que Juan Antonio Rol, es secretarios general, promueve sinergias con otros colectivos e instituciones profesionales veterinarias, como la Organización Colegial, Sociedades Científicas, Academias de Ciencias Veterinarias, Conferencia Decanos, y otros grupos y entidades asociativas veterinarias, que permitan lograr un cambio radical de esta situación. Fesvet también ha coorganizado y participado en las dos manifestaciones nacionales veterinarias celebradas hasta el momento, y seguirán “tomando todas aquellas medidas que consideremos necesarias para alcanzar el reconocimiento pleno del veterinario como profesión sanitaria en España”.