El veterinario Héctor Hernández Cañas, de 45 años, fue presuntamente asesinado el 11 de febrero, por los dueños de una perrita yorkshire que murió tras las complicaciones surgidas al retirarle un hueso que le bloqueaba el esófago y que había atendido en su consultorio en Tultepec, en el Estado de México.
Había denunciado en enero, en una publicación en facebook, que era víctima de amenazas y extorsión por parte de una pareja a la que había tratado su mascota, y que le exigían 50.000 pesos de indemnización.
Este martes 19 de febrero, veterinarios, asociaciones civiles y estudiantes de veterinaria marcharon en el centro de Ciudad de México para exigir justicia por el asesinato en la que gritaron consignas como “ser veterinario no debería costarnos la vida”. Las protestas se extendieron a distintos Estados del país como Chihuahua, Aguascalientes, Estado de México, Morelos y Jalisco.